Las condiciones del sistema eléctrico nacional son precarias y, con el alza en las temperaturas, la demanda ha ido en aumento.
La empresa estatal Unión Eléctrica de Cuba (UNE) pronostica apagones en cerca del 23% del país durante el horario de mayor consumo, en la tarde-noche de este martes.
Las interrupciones en el servicio volvieron a Cuba a fines de febrero, con indicadores que superaron el 10% de afectación, tras las cuatro grandes fallas reportadas -en menos de diez días- en cables de alta tensión del sistema eléctrico que dejaron a medio país a oscuras.
Los cortes del mes pasado, sin embargo, no llegaron a los niveles de 2022, cuando superaron muchas veces las 12 horas al día en varias regiones del país.
La compañía eléctrica prevé para este martes una capacidad de generación eléctrica de 2.277 megavatios (MW) y una demanda máxima de 2.860 MW. Con el alza en las temperaturas, la demanda ha ido en aumento debido al consumo en los hogares de ventiladores y aires acondicionados.
El déficit -la diferencia entre oferta y demanda- será de 583 MW y la afectación -lo que se desconectará realmente- ascenderá a 653 MW.
Las condiciones del sistema eléctrico nacional son precarias, algo que ya se evidenció a lo largo del año pasado, especialmente entre mayo y noviembre, en apagones diarios que se prolongaban hasta 12 horas en algunas regiones y en ocasiones afectaron a casi el 40% del país. Entre las causas de esta situación están la antigüedad de las ocho plantas termoeléctricas terrestres, que tienen un promedio de uso de más de 30 años, la falta de inversiones y el déficit de combustible.
Ese panorama influye negativamente en la crisis económica que afecta el país, agravada en los últimos años, y genera descontento social.
El régimen de Miguel Díaz-Canel en Cuba programó tareas de mantenimiento en los primeros meses del año para afrontar en mejores condiciones julio y agosto, el periodo de mayor demanda, y también ha rentado en los últimos años ocho plantas eléctricas flotantes para generar energía