El escritor chileno Jorge Edwards ha fallecido este viernes a los 91 años de edad en Madrid, según información de medios chilenos confirmada por el hijo del autor.
Edwards, nacido en Santiago de Chile en 1931, era uno de los escritores más relevantes en lengua española, con múltiples reconocimientos como el Premio Nacional de Literatura de su país en 1994 y el Premio Cervantes en 1999. Fue autor de cuentos, novelas, ensayos y memorias, además de columnista en diarios de todo el mundo. Entre sus novelas destacan El peso de la noche, Los convidados de piedra, El museo de cera, El anfitrión, El origen del mundo, El Sueño de la Historia y El inútil de la familia.
Sus memorias Persona non grata (1973), primera crítica de un intelectual latinoamericano al régimen cubano, es hoy un clásico en su género. La obra fue escrita tras su breve y accidentada misión diplomática en Cuba, donde estuvo tres meses como representante del gobierno socialista de Salvador Allende en 1970.
“El libro estaba listo antes del golpe de estado de Pinochet, pero lo frené. No podía hablar de la represión en Cuba… mientras en Chile se mataba y se quemaban libros. Le agregué un epílogo, una especie de elemento equilibrador. Pero eso no convenció a Castro ni a Pinochet. Ambos se parecen en el espíritu autoritario, claro. Pero hay una diferencia fundamental que explica muchas cosas: Fidel maneja muy bien el mundo de los medios –es totalmente mediático–, y Pinochet es, al respecto, un bruto total. Odia a la prensa, cree que todos los medios son comunistas –¡hasta el New York Times!–, y en las entrevistas no hablaba: ladraba”, le había dicho en una entrevista al periodista Alfredo Serra.
Tras el golpe de Estado en Chile se exilió en Barcelona, donde colaboró como asesor en Seix Barral y dirigió la editorial Difusora Internacional. Entre 1994 y 1997 fue embajador ante la Unesco en París, ciudad a la que regresaría luego como embajador del gobierno de Sebastián Piñera en 2010.
Sobre su extensa labor como diplomático, el autor confesó en la misma entrevista con Serra: “Llegué a la diplomacia por error. Creí que ese oficio me dejaría mucho tiempo libre para escribir, y me pasé media vida en oficinas, cócteles y aeropuertos. Mientras los escritores del boom latinoamericano iban a congresos literarios… ¡yo acompañaba a los políticos a comprar calcetines! Pero no ser parte del boom, de aquella moda, no me perjudicó. Porque creo que el boom empezó mucho antes de lo que creen (…) Tal vez empezar tarde impidió mi decrepitud literaria…”.
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Edwards publicó su primer libro en 1952, un volumen de cuentos titulado El patio que fue muy bien acogido por la crítica. El peso de la noche, de 1965, fue su debut como novelista. Sus obras han sido traducidas a numerosos idiomas, y ha recibido las más prestigiosas distinciones, tanto por su carrera literaria como por su trayectoria diplomática, siempre comprometida con la democracia, la libertad y los derechos humanos. En la biografía Adiós, Poeta, otro de sus libros más recordados (Premio Comillas de Historia, Biografía y Memorias 1990), trazó un retrato personal y sorprendente de la figura de Pablo Neruda, de quien fue muy amigo. Tras La muerte de Montaigne (2011), Edwards publicó el primer tomo de sus memorias, Los círculos morados (2013).